DECLARACIÓN SOBRE LA CONCLUSIÓN
DEL SÍNODO AMAZÓNICO DEL PAPA FRANCISCO DE LA COORDINADORA DE LAS
ORGANIZACIONES INDÍGENAS DE LA CUENCA AMAZÓNICA (COICA)
Roma (26 de octubre del 2019)— A
medida que el Sínodo para la Amazonía llega a su fin, nosotros, la Coordinadora
de las Organizaciones Indígenas de los nueve países de la Cuenca Amazónica,
debemos ser cautelosos al responder al resultado de las deliberaciones que
prometen transformar el tratamiento de la sociedad hacia esta importante región
del planeta y hacia nosotros, los pueblos ancestrales.
Necesitamos acción y no palabras.
Nuestro mundo forestal está en crisis y los pueblos indígenas de la Amazonía
están siendo criminalizados y asesinados por enfrentarse a las poderosas
fuerzas económicas que codician nuestras riquezas naturales.
Y, sin embargo, sabemos que este
momento es histórico y la presencia de nuestro líder electo en este Sínodo no
tiene precedentes.
Cinco siglos después de que los
misioneros llegaron de Europa con los colonizadores portugueses y españoles,
que nos trataron como si fuésemos menos humanos, el Papa Francisco convocó un
evento destinado a abordar una crisis para la iglesia y para la humanidad. Y en
un movimiento sin precedentes, invitó a los pueblos indígenas a participar en
este debate de tres semanas que dará forma al futuro de la Iglesia en la
Amazonía, aunque esperamos que tenga un alcance global.
Entonces, el Sínodo para la
Amazonía nos da razones para tener esperanza. Pero en nuestros bosques,
nuestros pueblos permanecen en guerra, en defensa de la Amazonia.
A lo largo de las selvas
tropicales de Latinoamérica, estamos luchando contra gobiernos que nos tratan
como criminales por decir no a proyectos que convertirán nuestros ríos en
represas, crearán caminos de ruina a través de nuestros bosques y convertirán nuestras
tierras en desiertos sin vida y nuestros ríos en veneno líquido. Esto ya lo hemos visto, el mundo entero lo ha
visto.
En Ecuador, nuestros pueblos
salieron a las calles para protestar por los esfuerzos por abrir nuestras
tierras a nuevas exploraciones petroleras. Y en Bolivia y Brasil, nuestros
bosques están en llamas. Ya sea la izquierda o derecha, la ideología es la
misma: robar nuestra tierra, destruir el medio ambiente y enriquecer más a los
ricos.
El mundo está despertando al
rápido ritmo de destrucción de la Amazonía. Ha revelado la hipocresía de las
corporaciones, los inversores y los líderes nacionales que se comprometen
voluntariamente a salvar los bosques y su gente, al tiempo que celebran
contratos que destruirán los bosques y nos privarán de nuestra libertad y, a
veces, de nuestras vidas por defendernos.
Tenemos el apoyo de un poderoso
aliado, este valiente Papa y su ejército de obispos y sacerdotes que han
prometido caminar con nosotros y ayudarnos a transformar un modelo de desarrollo
que pone en peligro a todo el planeta.
El Vaticano se une a la comunidad
científica y a un creciente ejército de jóvenes para reconocer a los pueblos
indígenas como fundamentales para conservar nuestro planeta. Donde nuestros
derechos son fuertes, donde estos son respetados, los bosques están en pie.
Juntos podemos y haremos del mundo un lugar mejor, más equitativo, más humano y
más sostenible.
Pero les hemos dicho al Papa y a
sus obispos que, para poner fin a la destrucción de los bosques, deben hacer
que nuestras demandas sean centrales en el texto que el Papa aprobará. Y eso
guiará la implementación del plan de acción de la Iglesia.
Hemos advertido a los obispos que
ellos solos no pueden salvar el Amazonas. Y nosotros no podemos continuar
protegiendo los bosques sin su ayuda.
Nuestras propuestas se basan en
el trabajo de los mejores científicos del mundo en materia de clima y
biodiversidad. Se basan en nuestra experiencia ancestral, nosotros estamos en
la primera línea de un movimiento climático que no tiene fronteras, gracias a
la joven sueca que decidió que ya no podía apartar la mirada de una crisis que
los jóvenes ven tan claramente.
Al describir los objetivos del
Sínodo, los obispos se unieron a los científicos para celebrar nuestras
prácticas tradicionales para proteger los bosques y la biodiversidad, y como
fuente de medicamentos y otros beneficios para la humanidad. Pero sin nuestra
tierra, nosotros también desapareceremos, y también lo harán las prácticas que
definen quiénes somos.
Por lo tanto, exigimos apoyo para
nuestros derechos a nuestros territorios ancestrales y que nuestros derechos
sean reconocidos y aplicados.
Pedimos al clero que salga de sus
iglesias y se una a nosotros en nuestra lucha. Los necesitamos para ayudarnos a
resistir los proyectos de desarrollo que amenazan nuestro mundo. Necesitamos
que exijan que el gobierno obtenga nuestro consentimiento, y solo después de
una consulta significativa y completa con nuestros pueblos. Y si el objetivo es
la conservación de nuestros bosques, la solución debe comenzar con nosotros y
nuestras ideas, no con planes desarrollados de forma aislada en el otro lado
del planeta.
Les hemos dicho que el cambio
debe comenzar con nuestros hijos, todos nuestros hijos, indígenas y no
indígenas, y que se les debe enseñar, no solo a amar la Palabra de Dios, sino
al amor por toda la creación de Dios y la santidad del mundo natural, por el
cual los pueblos indígenas se preocupan mejor de que todos los demás.
No estamos solos en tener
enemigos, también hemos visto que hay fuerzas de resistencia dentro de la
iglesia que buscan dañar a este valiente Papa, y robarle a nuestro mundo su
visión de una transformación espiritual y ecológica de la Iglesia. Estamos
agradecidos por el profundo respeto que muestra a los pueblos indígenas y
nuestros caminos, y caminaremos con él y los sacerdotes y obispos que apoyan su
visión.
Este Papa que invita a la
humanidad a vivir una vida más simple y que nos recuerda que el mundo material
no nos ha traído alegría. Su mensaje no es solo para la Amazonía, sino para
toda la humanidad. En las ciudades más ricas del mundo hay personas sin hogar y
familias, personas adictas a las drogas y al alcohol, y personas con un
profundo anhelo por una vida espiritual, incluso cuando están rodeados de
riquezas.
Entonces, tenemos esperanza hoy.
Que el mundo verá que la visión del Papa no es solo para los pueblos indígenas,
sino para toda la humanidad. Tenemos la esperanza de que otros puedan vernos
como nos ve el Papa.
THE COORDINATOR OF THE INDIGENOUS
ORGANIZATIONS OF THE AMAZON BASIN
Consejo Directivo de la COICA CDC:
José Gregorio Díaz Mirabal Tuntiak Katan
Coordinador general Vice-Coordinador
General
ORPIA- Venezuela CONFENIAE-Ecuador
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