lunes, 15 de marzo de 2021

 REFLEXIONES ACERCA DE LA DEMOCRACIA

Por: Héctor Escandell García

La evidencia creciente de que algo está cambiando en el escenario político global y que ese o esos
cambios parecen estar al margen de la participación consciente de gran parte de la sociedad mundial, sin estar seguros de si se trata de un proceso realmente transformador  o simplemente de un reacomodo de las fuerzas dominantes, nos motiva a reflexionar en torno al concepto de Democracia.

La literatura nos ofrece diversas definiciones de Democracia; la mayoría la reconoce como un sistema político, expresado en una forma de gobierno de los Estados, que se sustenta en la soberanía del pueblo y su derecho a elegir y controlar a sus gobernantes. Presupone el poder del pueblo, ejercido mediante mecanismos de participación en la toma de decisiones políticas.

Desde aquí, si entendemos por pueblo a las personas que forman parte de los Estados, sin distinción de raza, credo, condición económica, género o de cualquier otra categoría discriminatoria, y comprendemos las condiciones de precariedad en las que viven miles de millones de seres humanos, podríamos concluir que la Democracia (sistema generalizado de gobierno, al menos en el papel) puede y debe ser cuestionada como sistema político en base a sus resultados.

 Pero también, podemos pensar que la Democracia, como producto de construcción social humana, no puede ser perfecta y sí perfectible; es decir que a par r del reconocimiento de los errores, podríamos promover las acciones correctivas permanentes para mi gar o resolver los problemas que aquejan a la humanidad.

Pasamos entonces a reflexionar si lo anterior es posible en el marco de unas estructuras de poder: político, económico y militar, que además de estar consolidadas, parecen entenderse, a pesar de la confrontación entre los actores con poder real, en aras de mantener sus privilegios. La pregunta que surge sería ¿Cuál es la posibilidad real de que el pueblo pueda incidir en esos procesos de confrontación en defensa de sus intereses vitales; aquellos que realmente transformen las condiciones de precariedad que caracteriza nuestras vidas?

Podríamos revisar múltiples ejemplos de acción popular que, aparentemente, han logrado imponerse ante el poder, y podríamos concluir que los cambios resultaron más aparentes que reales.

 Las categorías acordadas para definir los distintos tipos de democracia podrían ayudarnos en el análisis. La democracia representa va, modalidad dominante; la democracia par cipa va, promovida como opción para regenerar la viabilidad social del sistema y, la democracia indirecta, de raíces antiguas y hoy calificada como impracticable por las mismas estructuras construidas para soportar las bases del sistema: esencialmente los Estados nación y toda la parafernalia discursiva dirigida a dividir a la humanidad (nacionalidad, patria, soberanía…) y el instrumento expresado en los par dos políticos, de cualquier orientación y o posición ideológica.

El caso de los par dos políticos es par cularmente interesante. De haber nacido como estructuras organiza vas para establecer y viabilizar la Democracia, parecen haberse transformado en estructuras impermeables a la realidad que afecta alas grandes mayorías de seres humanos, al menos en la voluntad efectiva de corregir (aunque mantengan discursos reivindicadores del interés común); su rol es cada día más cuestionado, debilitando así las bases del sistema y abriendo espacios para el surgimiento de formas de gobierno autocráticas, personalistas y otras modalidades contrarias a los objetivos humanistas de establecer el respeto a los derechos humanos: la libertad individual; la libertad de asociación y participación política; la distribución del poder y la alternancia; la libertad de prensa y opinión, incluida la política; la igualdad ante la Ley; la no discriminación; el respeto y reconocimiento de la naturaleza,  como principios de orden social. 

Ante una realidad que nos arrolla, ¿Qué podríamos hacer? Es la pregunta que cada uno de nosotros debe responder. Desde mi perspectiva: promover la tolerancia, el respeto a la opinión ajena, a la naturaleza  y a la vida humana, deben ser conductas que orienten la acción; procurando la Paz ante la barbarie de la guerra es mulada por quienes se benefician de ella.

Recordemos a Winston Churchill: De hecho, se ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno, a excepción de todas las otras que se  han probado de vez en cuando.

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