jueves, 23 de septiembre de 2021

BREVE RELACIÓN DE LA GESTIÓN AMBIENTAL EN AMAZONAS

Por Héctor Escandell García


El territorio del actual estado Amazonas apenas comenzó a ser reconocido, con objetivos políticos, por la autoridad colonial, a mediados del siglo XVIII, mediante diversas expediciones,  principalmente para el establecimiento de límites entre las potencias coloniales, que llevaron a la fundación de asentamientos como San Fernando de Atabapo, San Carlos de Río Negro, Maroa y La Esmeralda. Estos pueblos aún hoy resisten la tendencia al despoblamiento que históricamente ha caracterizado  la porción sur de la entidad, empujada por las propias condiciones geográficas de aislamiento, la lejanía a los centros de poder y la predominante ineficacia de las políticas públicas implementadas. Desde la perspectiva del conocimiento ambiental natural, éste será dado a conocer universalmente solo tras la publicación del Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente, donde su autor, el barón Alexander Von Humboldt, narra las experiencias de su expedición, caracterizando sus más evidentes expresiones naturales y culturales. Es desde entonces que la región comienza a identificarse en la cartografía global y se convierte en estímulo para otras varias y esporádicas expediciones con objetivos científicos y económicos, que se prolongaron hasta bien entrado el siglo XX, produciendo textos que mejoraron paulatinamente la información científica sobre este amplio espacio geográfico.

La creación de la Reserva Forestal del Sipapo en 1963, podría considerarse la primera acción pública de gestión ambiental; aun cuando la valoración del potencial maderero fue el principal argumento, también se expresa una voluntad de conservar las fuentes de agua de los ríos que drenan la región: Sipapo, Guayapo, Cuao y Autana. A mediados de la década de los años 60 del siglo XX, durante el primer gobierno de Rafael Caldera, el Estado asume, con la creación de la Comisión para el Desarrollo del Sur (CODESUR), el programa denominado La Conquista del Sur, conceptualizado en los parámetros del paradigma desarrollista vigente en aquella época. En el marco de ese programa se realizaron inventarios generales y sistemáticos de recursos naturales: geológicos, suelos, vegetación y fauna silvestre, utilizando tecnologías cartográficas de avanzada (levantamientos de radar y aerofotografía) que permitieron enriquecer sustancialmente el conocimiento sobre la región, incluyendo la instalación de una amplia red de estaciones climatológicas e hidrográficas que, en conjunto, van a servir para la posterior gestión ambiental. El esfuerzo técnico científico de ese momento será replicado en los años 90 con el Inventario de recursos naturales de la Región Guayana, adelantado por la Corporación Venezolana de Guayana, a través de la empresa INGEOMIN, con énfasis en los recursos mineros.

Durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, se produce el salto cuantitativo y cualitativo de la gestión ambiental en el entonces Territorio Federal Amazonas, gracias a la creación del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables que, a través de una estrategia desconcentrada, consolida la presencia de una estructura técnica y profesional vinculada a la gestión ambiental en la región, asumiendo una visión predominantemente conservacionista. Citamos, entre otras cosas, la creación de un conjunto de áreas bajo régimen de administración especial (ABRAES), conformada por los Parques Nacionales Duida - Marahuaca, Yapacana y Sierra de la Neblina, más los Monumentos Naturales: Cerro Autana y Piedra del Cocuy. Es el momento que reune los más calificados especialistas en las ciencias ambientales. La estrategia se complementa con la sanción del Decreto presidencial que prohibe las deforestaciones con fines comerciales en toda la región. En el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, el sistema de áreas protegidas se complementará con: la creación del Parque Nacional Parima – Tapirapecó; la Reserva de Biosfera Alto Orinoco – Casiquiare; la Zona Protectora de Cuenca Hidrográfica Río Cataniapo y el conjunto de Monumentos Naturales de las formaciones Tepuyanas; además se realizan inventarios detallados de flora y fauna en diversos paisajes; se administra el aprovechamiento de los recursos naturales con criterio científico; se asume la ordenación del territorio como estrategia para sustentar el desarrollo con Planes de Ordenación y Desarrollo Sostenible; estrategias de manejo de especies botánicas; se emiten, además, instrumentos legales para la prohibición de la minería metálica y la regulación de las actividades turísticas. 

  En este tiempo, el paradigma dominante pasa del conservacionismo hacia el llamado desarrollo sustentable y ello explica la creación del Servicio Autónomo para el Desarrollo Sostenible de Amazonas (SADA AMAZONAS), que va a liderar una propuesta de gestión ambiental adaptada al discurso global de incorporar lo ambiental a la concepción y la gestión del desarrollo. Esta propuesta va a estar acompañada por un esfuerzo significativo de impulsar la investigación científica, a la par de propiciar el rescate y fortalecimiento del conocimiento tradicional de los pueblos indígenas en el manejo de la biodiversidad y el apoyo a la organización de esos pueblos. 

 La creación del Centro Amazónico de Investigaciones Ambientales Alejandro de Humboldt (CAIAAH), constituyó un hito en ese sentido, con el desarrollo de infraestructuras para la investigación y la gestión ambiental en La Esmeralda (Alto Orinoco). Allí se adelantaron proyectos como Surumoni, para el estudio de la ecología del bosque tropical, donde se realizaron investigaciones con impacto global. La cooperación internacional (Unión Europea; AECI, GTZ, Academia de Ciencias de Austria, Universidades de Cornell y Harvard, entre otras) contribuyó significativamente en estos procesos de gestión ambiental, especialmente el fortalecimiento de las capacidades humanas nacionales y locales. Durante el segundo gobierno de Rafael Caldera se intentará impulsar, a través del Programa de Desarrollo del Sur (PRODESUR), una gestión concebida desde un nuevo desarrollismo que, aunque no logró consolidar acciones concretas, sí contribuyó a debilitar los esfuerzos iniciados con SADA AMAZONAS.

Al iniciarse el gobierno de Hugo Chávez, ese debilitamiento de la gestión ambiental para desarrollo regional, se profundizó hasta prácticamente su desaparición. Al día de hoy predominan actividades ilícitas en el aprovechamiento de los recursos naturales, especialmente los mineros, caracterizadas por la depredación ambiental a lo largo y ancho del territorio, la desatención en el manejo de los ecosistemas y el debilitamiento de la institucionalidad responsable de conservar las condiciones ambientales urbanas que dependen de esos ecosistemas. Entre los múltiples retos que se nos plantean como sociedad, uno de los más relevantes será el de imponer, por la educación y la convicción, formas alternativas de vincularnos con el ambiente y de valorarlo como soporte de la vida, ofreciéndonos posibilidades de gestionar condiciones de vida digna para todos. Por último, considero relevante señalar que tanto el MARNR, como posteriormente SADA AMAZONAS, fueron referencias regionales de capacidad y profesionalidad en la gestión pública, valoradas por la sociedad local y reconocidas internacionalmente.

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